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27/10/13 ESTO RECIEN EMPIEZA
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martes, 27 de noviembre de 2012
miércoles, 21 de noviembre de 2012
UNA ANECDOTA MUY "INTIMA"
¡Soy tuya, a pesar de todo!
(Una anécdota muy intima)
(Una anécdota muy intima)
Por Cristina Teruel
Nunca pude obtener el mejor
promedio, ni en el primario ni en el secundario, por eso es que jamás lograba
el privilegio de ser elegida para arriar la bandera en el Turno Tarde.
Pero siempre sentí una emoción muy fuerte en esa ceremonia.
Pero siempre sentí una emoción muy fuerte en esa ceremonia.
Veía bajar lenta y majestuosamente
nuestra enseña patria mientras recitábamos aquellos versos de Joaquín V.
González: “Bandera de mi patria, celeste y blanca, símbolo de la unión y de la
fuerza, ¡Pero una vez ocurrió el milagro!:
fue en 6° grado. Había faltado la alumna que habitualmente arriaba la bandera y
no sé por qué, (aun hoy no me lo explico), la maestra miró a todo el grado y,
dirigiéndose a mí, dijo: “Teruel, usted hoy va a arriar la bandera”.
Mis ojos se abrieron grandotes e
inquisitivos. La maestra debe haber adivinado mi pensamiento porque reiteró
“Sí, Teruel, usted, vaya”.
¡No digo que tuvieron que alzarme
para que fuera, pero poco faltó! Recuerdo que era invierno, pero a mí me empezó
a parecer que era verano tórrido. ¡Lo que más me traspiraba era el alma, lo
juro! No les niego que hasta me daba un poco de vergüenza, porque ¡esto de
arriar la bandera porque el más alto promedio del grado estaba con gripe… no
era demasiado dignificante!, ¡pero, en fin…!
Decidí que era uno de esos regalos
que muchas veces Dios nos concede porque nadie mejor que Él para conocer
nuestra alma. Y me di cuenta que El sabía que a pesar de no llegar con el
promedio de mis notas, mi patriotismo siempre exacerbado al parecer me hizo
digna ante sus ojos para otorgarme semejante privilegio inmerecido. Lo cierto
es que, tragando saliva, fui al patio cubierto del colegio “Casto Munita” sito
frente a la iglesia “redonda” en el barrio de Belgrano y me encaminé rumbo al
mástil. ¡Les juro que nunca me pareció tan alto!
Levanté la mirada y allí estaba
ella… la más “hermosa, la que Belgrano nos legó, la que se paseó triunfante en todo
el continente, exclamando a su paso ¡libertad!”. Y que si alguna vez vivió
alguna derrota circunstancial, nunca pudo ser atada al carro de ningún vencedor
(¡era 1966!) y supo ser la insignia que hizo recobrar los bríos de quien la
creara, para finalmente asegurar la independencia de Argentina. La que cruzó
victoriosa los Andes, la que flameó orgullosa en la flota comandada por el
Irlandés Guillermo Brown.
Allí estaba… silenciosa… y más
alta… de lo que yo nunca la hubiese visto. Parecía que me hubiera estado
esperando, me miraba con ternura desde su sol dorado, como diciéndome: “Aunque
sea por esta única vez me vas a tener entre tus manos”.
Yo tenia tan sólo 12 años, pero me
sentía aun más chica, como cuando mi papá me llevaba a los desfiles y me la
señalaba diciéndome con su acento valenciano: “¿Ves, hija mía?, ¡ésa es tu
bandera!”.
Comencé a desanudar el cordel de
nylon que la mantenía sujeta al mástil, todo el colegio comenzó a recitar:
“Bandera de la patria, celeste y blanca…..”, y comencé a arriarla.
Aun siento en mis oídos el “ruidito” que hacía el cordel deslizándose al bajarla. Los pocos minutos que trascurrieron me parecieron eternos, ¡por suerte! Porque pude disfrutar ese momento con la misma fruición con que se degusta un caramelo que tarda en derretirse en la boca. Hasta que al fin llegó a mis manos.
Aun siento en mis oídos el “ruidito” que hacía el cordel deslizándose al bajarla. Los pocos minutos que trascurrieron me parecieron eternos, ¡por suerte! Porque pude disfrutar ese momento con la misma fruición con que se degusta un caramelo que tarda en derretirse en la boca. Hasta que al fin llegó a mis manos.
La compañera con que la arriamos
desató la bandera y comenzamos a doblarla con el cuidado que tienen los niños
cuando los mayores les dan una responsabilidad inesperada. ¡El contacto con la
tela me dio la sensación de acariciar los cielos de la patria! Así quedó,
prolija y cuidadosamente doblada, con el sol hacia arriba que me miraba como
complacido.
Comencé a caminar rumbo a la
Dirección en donde se la guardaba en una vitrina, hasta que el
Turno Mañana
cumpliera con la ceremonia de izarla nuevamente. No me acompañó nadie, fui
sola, la llevaba entre mis brazos, no pudiendo creerlo, y con el cuidado de
quien tiene miedo de que se le caiga algo frágil y valiosísimo.
Abrí la vitrina, la coloqué sobre uno de los estantes, cerré la puerta del armario con llave, y me quedé mirándola unos segundos: un nudito en la garganta delataba mi emoción. Me quede inmóvil mirándola; en el fondo creo que quería eternizar ese momento inmerecido. Los hilos dorados del sol brillaban por la luz que entraba por la ventana de la Dirección, y dejé que me invadiera ese sentimiento de solemnidad que hay en las criaturas que tienen claro los sentimientos de pertenencia.
Esa
bandera era la que me hacía argentina, no el documento de identidad, ese paño
celeste y blanco con su sol era la patria, era la gloriosa historia de la gesta
emancipadora, era el sacrificio de sus héroes, era la nación… era yo misma.
Y supe que ella no distinguía
entre los promedios altos o bajos, a ella eso no le importaba. Ella se
entregaba mansamente a todo aquel que se emocionara ante sus colores, sin
discriminar cosas sin importancia más que el amor, aquel viejo sentimiento que
será capaz de salvar al mundo, como dijo Jesús.
Nunca más volví a tener ese
privilegio, pero nadie podrá jamás quitarme ese sentimiento que me acompaña
hasta hoy, esa sensación de ¡haber acunado la patria entre mis brazos!
Claro, hoy tengo en mi casa otra
bandera argentina, pero a ésta tuve que comprarla. Pero aquélla… la de mis 12
años… fue como si hubiese querido regalarse en un abrazo para poder decirme al
oído, sin que nadie nos escuchara: “¡Soy tuya, pase lo que pase!”.
P.D.: Apelo al recuerdo de nuestra
infancia, todos juramos defender a la bandera, contra todo peligro y
denigración, venga de donde venga.
sábado, 10 de noviembre de 2012
AQUI COMENZAMOS!!!! BLOG EN CONSTRUCCION
PARA ESPERAR EL 2013 Y EL 2015 CON FE....
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